• 15 enero 2020
  • Compra Pública Innovadora: No me subvenciones, ¡cómprame!

La compra de bienes y servicios por parte del Estado suele explicar entre un 12% del PIB de media, según estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La contratación pública reviste una clara importancia para la competitividad por su magnitud, especialmente en sectores como; energía, transporte, defensa, TIC y salud.  A esto sumar que desde hace décadas se ha podido observar su potencial como dinamizador de una mayor inversión privada en innovación, de hecho, el Estado ha aparecido en casi todas las revoluciones tecnológicas, desde internet, pasando por el GPS, la pantalla táctil o el algoritmo de Google, hasta la actual revolución verde, como analiza Mariana Mazzucato en su libro “El Estado Emprendedor”.

La esencia del enfoque que defiende Mazzucato, reside en dotar al Estado de un rol clave, más allá de corregir los fallos de mercado, el sector público es un elemento esencial que dinamiza la economía, representando un potente fuelle de la innovación tecnológica, implicándose en la toma de riesgo y creación de nuevos.

Compra Pública Innovadora, herramienta clave para incentivar la innovación empresarial

Y en este contexto debemos situar la Compra Pública Innovadora (CPI), como herramienta esencial utilizada por las Administraciones Públicas con el fin de incentivar la innovación empresarial por el lado de la demanda, además de como instrumento para la incorporación de nuevos productos, servicios y procesos en la propia Administración. Aunque este mecanismo es relativamente nuevo en nuestro país (Ley 30/2007), cuenta con una dilatada historia en otros países desde hace décadas, como es el caso de los EE.UU.

Modalidades de Compra Pública Innovadora

Podemos diferenciar dos modalidades:

  1. CPTI (Compra Pública de Tecnología Innovadora)

El contratante plantea una necesidad o desafío tecnológico que puede satisfacerse fácilmente por soluciones incipientes, que están a punto de llegar al mercado o empezando a introducirse en el mismo. En este caso, la contratación pública juega el papel de primer cliente o early adopter de estos nuevos productos o servicios y, por tanto, “abre” el mercado, facilitando el escalado comercial.

2. CPP (Compra pública precomercial o precompetitiva)

El contratante solicita soluciones que están aún lejos de llegar al mercado y, por tanto, es necesario llevar a cabo un esfuerzo de I+D considerable. Permite por tanto comparar distintas aproximaciones tecnológicas y reducir el riesgo asociado al desarrollo de un proyecto de innovación, desde la fase de diseño y prototipado hasta la validación de una primera versión del producto o servicio.

Cuando se logra que los compradores del sector público comuniquen de forma sistemática sus necesidades y que diferentes proveedores aporten soluciones innovadoras que posteriormente se plasmen en contratos de compras de bienes y servicios, estamos hablando de Compra Pública Innovadora.

La Compra Pública Innovadora se configura como una potente herramienta que nos debe permitir ser capaces de generar nuevas oportunidades de mercado tecnológico para el futuro, sinergiando público y privado y tractorando inversiones estratégicas hoy, que nos permitan un crecimiento sostenible a largo plazo.

Noelia Escobar Izquierdo

Coordinadora Relaciones Institucionales e Intangibles

INCOTEC

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