Activos intangibles: parte fundamental del valor de mercado de las empresas

La semana pasada tuvo lugar la presentación de la 5ª edición del informe “Approaching the Future 2020. Tendencias en Reputación y Gestión de Intangibles” (Corporate Excellence, 2020), en la que se analiza las tendencias respecto a las decisiones sobre los activos intangibles estratégicos de las organizaciones. La actual situación de alta incertidumbre y transformación empresarial y social, refuerza una afirmación clave, aquellas compañías que sepan gestionar su reputación y sus intangibles, serán capaces de generar valor a medio y largo plazo para sus clientes,  empleados, accionistas y para la sociedad en general.

Significativo es el dato que recoge este informe relativo a los esfuerzos de las empresas por cuantificar sus activos intangibles, aproximadamente un 37% de las empresas trabaja en la medición de sus intangibles y el 59% afirma utilizar estas métricas para la toma de decisiones.

Si hay algo difícil de cuantificar en el mundo económico es el valor de las cosas, dado que este es relativo y siempre se debe contextualizar en una circunstancia concreta y momento temporal.  El valor de una empresa es mucho más objetivo, no obstante no existe una única fórmula para calcularlo y más cuando lo que queremos valorar son sus intangibles.

La importancia de los activos intangibles

Los activos intangibles son una parte fundamental en el valor de mercado de las empresas, pero las actuales normas contables dificultan la visión de los mismos como activos  generadores de valor. Dado que estos se perciben como algo «no real” o «no realizable«, al tratarse de algo no físico, no son fácilmente detectables, contabilizándose como activos o gasto, pero la gran mayoría no son reconocidos y, por tanto, no se consideran a la hora de determinar el valor de una compañía, incrementado el gap entre su valor de mercado o transaccional y el valor contable.

El valor que no se recoge en la contabilidad de la empresa, se trata de un valor “extracontable” que es realizable cuando se da una transacción, siendo clave para empresas tecnológicas tener debidamente localizado y valorado, ante posibles perspectivas futuras de:

• Búsqueda de liquidez: salida a cotización bursátil, rondas de capital, obtención de financiación externa, reestructuración de deuda,…
• Reorganizaciones societarias: escisiones de líneas de actividad, fusiones, salida o entradas de socios, etc.
• Motivos estratégicos: desinversiones, planes de expansión o de focalizar el negocio, adquisiciones o ventas, explotación de intangibles tecnológicos, …
• Garantías: aplazamientos de pagos.

El valor de una empresa viene determinado por lo que el mercado espera que pueda “dar”. En este contexto, un intangible,  valorado y protegido de forma coherente y objetiva, permite que la compañía tenga mejores márgenes que su competencia, que consiga más ingresos o que gaste menos, así como mayor credibilidad y robustez en las previsiones e incremento de su valor como compañía. En definitiva valor directo para la empresa.

La identificación, gestión y valoración de estos activos supone obtener una información de generación de valor muy valiosa para la empresa, que debe considerarse en la estrategia empresarial, tanto en el corto, como medio y largo plazo, de no hacerlo se estarán perdiendo importantes drivers de creación de valor presente y futuro.

Como recoge Bernard Marr director del Advanced Performance Institute (API), en “Future Value Drivers – Leveraging you intangible assets using a five-step process”, … el éxito y el valor futuro de las organizaciones depende de los intangibles, de su capacidad para identificarlos y aprovecharlos.

Tras esta crisis sanitaria, las empresas están redefiniendo sus prioridades y la integración de los activos intangibles y su medición serán claves para redefinir su estrategia de negocio a futuro.

Para concluir, destaco una cita que se recoge en el mencionado “Informe Approaching the Future 2020. Tendencias en Reputación y Gestión de Intangibles”: La crisis se presenta como una oportunidad para evolucionar en el mapa de indicadores de las organizaciones y dar más peso a la medición de los intangibles y a su impacto en la generación y protección del valor empresarial.

Noelia Escobar Izquierdo

Responsable Relaciones Institucionales e Intangibles – INCOTEC