El pasado 10 de diciembre, el Consejo de Ministros aprobaba el proyecto de Ley de Industria y Autonomía estratégica, que tendrá que seguir su trámite de aprobación en el Congreso. Hasta la fecha, nuestro Estado ha contado con dos Leyes sobre Industria, la de 1939 y la actual, de 1992. Y es que 85 años para dos Leyes da una idea de lo complejo que es contener en una sola Ley, toda la complejidad que presentan las políticas, normativas y estrategias que deben regir un sector, que representa en la actualidad el 20% de nuestro PIB.
Si la Ley de 1939 se caracterizaba por su intervencionismo y restricción de las inversiones extranjeras, la de 1992 abogaba por la libertad de empresa y mercado, la modernización industrial y la seguridad y la calidad, la nueva Ley, introduce el archiconocido y necesario binomio, verde-digital.
Conoce la nueva Ley de Industria:
La nueva Ley de Industria y Autonomía estratégica destaca, en líneas generales y tras un periodo de contracción industrial:
- El impulso de las PYMEs industriales y la atracción de inversiones estratégicas tanto a nivel nacional como extranjero.
- La innovación y el talento en entornos colaborativos, los bancos de pruebas regulatorios (sandboxes) y el valor estratégico de las patentes.
- La transición hacia una industria más circular y con cero emisiones netas para 2050, incorporando un sistema de certificaciones de buenas prácticas ambientales.
- La Transformación Digital del sector, destacando tecnologías como la Inteligencia Artificial, la automatización y la importancia de los datos a nivel acceso, gobernanza e intergobernabilidad (se echa en falta haber aprovechado la ocasión para introducir el concepto de los Espacios de Datos).
Todo ello para avanzar hacia una economía sostenible y bajo un marco más flexible, que pueda dar una respuesta más ágil al entorno tecnológico tan vertiginoso en el que nos encontramos, centrando los esfuerzos en los sectores que contemplen un alto potencial de crecimiento y resiliencia, a través de foros del alto nivel y comités específicos.
Además, la nueva Ley propone una serie de medidas directamente relacionadas con la financiación pública, tanto a nivel programas como normativos:
- Mecanismos de ayuda sin concurrencia competitiva para proyectos industriales estratégicos (los actuales PERTEs, han llegado para quedarse).
- La refinanciación de préstamos y la incorporación de ayudas en forma de préstamo a bajos o nulos intereses, que incluyan componentes fiscales.
- Proyectos tractores que integren la colaboración público-privada y las tecnologías avanzadas, la I+D y la transformación digital.
- Incentivos fiscales a empresa que adopten buenas prácticas de economía circular, descarbonización y transición energética.
- El uso estratégico del mecanismo de Compra Pública Innovadora, como herramienta esencial para fomentar la innovación y fortalecer la industria.
Podemos vislumbrar en la nueva Ley, la intención de que más allá del Plan de Recuperación y Resiliencia, la industria seguirá teniendo un gran apoyo e Incotec, seguirá acompañando a la industria en detectar estas oportunidades para ponerlas en valor de nuestros clientes, a través de una innovación eficiente.
Rosalía Baamonde
Coordinadora Ayudas Públicas en INCOTEC
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