Dificultad de las empresas que invierten en TIC en la aplicación de incentivos fiscales

En un contexto como el actual, marcado por una fuerte inflación, con el incremento de los precios de la energía como una de las principales causas, según el Banco Central Europeo y con una interrupción en las cadenas de abastecimiento previa durante la pandemia. En julio de 2022, la inflación alcanzó valores del 10,8% respecto del año pasado, una cifra que no se superaba desde hacía más de tres décadas en nuestro país.

En dicho contexto, las TIC han jugado un papel primordial durante la pandemia, permitiendo una mayor equidad en el acceso a la atención médica, facilitando la evaluación, el diagnóstico y el tratamiento de los casos sospechosos y positivos de forma segura, minimizando el riesgo de transmisión a través de la creación de páginas web, tableros de información (dashboards), aplicaciones móviles, redes sociales, campus virtuales, servicio web de mensajes, foros, entre otros.

No sólo eso, sistemas TIC complejos, como pueden ser el análisis de datos, la inteligencia artificial, fueron claves para el control y la propia lucha contra la expansión del COVID-19 en los distintos países del mundo.

Las TIC nos han permitido, con carácter inmediato, desarrollar nuestro trabajo en remoto, Teletrabajo, con total garantía y seguridad, detrás de lo cual había gran cantidad de profesionales y estudiantes de multitud de sectores que no han visto mermada su capacidad productiva.

Ante esta situación, hay que destacar el consenso actual de considerar a la transformación digital como una de las máximas prioridades a nivel mundial como palanca de recuperación y desarrollo económico y social. Ni Europa, ni España son ajenas a esta situación y han puesto en marcha ambiciosos planes, proyectos y acciones que, aun encontrándose todavía en plena ejecución, ya evidencian su efecto en un crecimiento generalizado en los datos de caracterización del sector tecnológico digital y de la economía digital en su conjunto, que pueden apreciarse en los indicadores analizados en el Barómetro de la Economía Digital de AMETIC.

En nuestro país, destacan en este aspecto el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de efectos en el conjunto de la economía, así como el Plan España Digital 2026 si nos referimos más particularmente a las políticas gubernamentales del ámbito digital.

Dentro del gasto en TI, se espera que la digitalización juegue un papel cada vez más importante en la economía española de cara a futuro gracias a factores como los fondos Next Generation de la Unión Europea, la preocupación por la sostenibilidad y la mayor atención a la experiencia del empleado.

Los fondos europeos tienen en los citados planes de recuperación y en los PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y la Transformación Económica) a los instrumentos de colaboración público-privada más destacados y esperados por los sectores público y privado. Sus efectos en 2021 no son más que una pequeña muestra de lo que se espera para siguientes ejercicios.

Si bien es cierto, en ocasiones se dificulta el acceso a estos fondos europeos por varios factores. Por un lado, las convocatorias están muy subdivididas para temas muy concretos y eso obliga a que los proyectos de las empresas se tengan que adaptar de manera muy detallada a esas temáticas. Además, los plazos de presentación para la preparación de las ayudas son muy breves, lo que dificulta la gestión de todo ello en conjunto.

Esto hace que las empresas que dispongan de menos recursos a dedicar a la preparación de estos incentivos, habitualmente pymes, tengan una mayor dificultad a la hora de readaptar un proyecto para que se ajuste a una convocatoria concreta, para hacer la tramitación necesaria en un plazo corto de tiempo o para conseguir esa cofinanciación que necesite.

Existen diferentes incentivos fiscales para empresas que, de ser bien gestionados, proporcionan mecanismos potentes para rentabilizar eficientemente cada euro invertido en materia innovadora por empresas de cualquier tamaño. Grupo INCOTEC te permitirá elegir y gestionar aquellas que mejor encajen con tu estrategia, capacidad y situación concreta.

Las Deducciones fiscales por I+D+i en el impuesto de sociedades se trata de una de las principales vías para incentivar la innovación empresarial vía reducción de impuestos, puesto que las deducciones fiscales minoran la cuota íntegra del Impuesto sobre Sociedades. Son de aplicación libre y general, al no estar sometidas a concurrencia competitiva. La deducción fiscal generada estará entre un 42 % y un 12% del gasto del proyecto, dependiendo de su grado de innovación y permite incluir gastos de personal interno, colaboraciones, fungibles o amortización de activos entre otros.

Por otro lado, es posible tener un ahorro en las cuotas a la Seguridad Social del personal técnico con dedicación exclusiva a tareas de I+D+i, pudiendo bonificar el 40% de las cuotas a pagar a la Seguridad Social de estas personas. Este hecho supone un impacto directo sobre los gastos mensuales soportados por las empresas, que se ven reducidos en proporción a la cantidad de plantilla en dedicación exclusiva.

Por todo ello, las empresas, tanto las grandes como las pymes, conviene que también conozcan la existencia de diferentes incentivos fiscales que, de ser bien gestionados, proporcionan mecanismos potentes para rentabilizar eficientemente cada euro invertido en materia innovadora, ya sea en productos que puedan comercializar o incluso en servicios de digitalización implementados internamente para la gestión de sus procesos empresariales.

La combinación de estos incentivos con otros instrumentos de financiación mencionados previamente como los Fondos Next Generation permitirán a las empresas maximizar sus beneficios a través de su I+D+i, aumentando su grado de competitividad en el mercado.

Fuentes

Barómetro de la Economía Digital de AMETIC