Programa Horizonte Europa: ¿cuáles son sus oportunidades y retos?

Tras 7 años de vida, el programa de investigación europeo por excelencia, el Horizonte 2020 va llegando poco a poco a su fin, para dar paso al nuevo programa Horizonte Europa, que comenzará en 2021 (la fecha exacta aún por determinar debido a la crisis) y que al igual que su predecesor, se extenderá otros siete años, hasta 2027. Los primeros borradores de los programas de trabajo 2021-2022 ya están discutiéndose con el fin de tenerlos listos antes de que finalice el año.

La actual pandemia y la crisis mundial a nivel sanitario y económico, no ha hecho sino reforzar la necesidad de este marco europeo de investigación no sólo para avanzar en el desarrollo de nuevas soluciones para hacer frente a la crisis sanitaria, sino también como herramienta clave para reforzar la competitividad de las empresas y luchar contra el fantasma de la deslocalización a través de la I+D. De hecho, uno de los llamados partenariados (“partnerships”), que se vislumbran en este nuevo programa, será precisamente el llamado “Made in Europe”, cuyo objetivo será traer de vuelta la producción a Europa.  Actualmente el presupuesto del programa Horizonte Europa sigue aún en discusión, siendo la última propuesta de la Comisión Europea de 94.400 millones de €. A pesar del evidente incremento de presupuesto respecto al Horizonte 2020 (80.000 M€), ya son muchas las voces que claman que un mayor esfuerzo económico en este ámbito, con el fin de asegurar la consecución real de las diferentes “Misiones” que se han previsto en el marco de este programa.

Novedades en el programa Horizonte Europa:

Este último concepto, las Misiones, se perfila como la gran novedad de este programa, en el pilar 2 de Desafíos Mundiales y competitividad industrial europea, mientras que el Pilar 1 de Excelencia científica (ERC, Marie Curie, Infraestructuras de Investigación) o el Pilar 3 (EIC, Ecosistemas de innovación y el EIT) no sufrirán grandes cambios. El Horizonte Europea seguirá de este modo la estela de Horizonte 2020, donde uno de los grandes cambios respecto a los anteriores programas marco (FP7, FP6, etc), venía dado de la mayor importancia que se daba a que los resultados de los proyectos seleccionados pudieran tener una clara salida al mercado y que a su vez sirvieran para resolver retos concretos de los ciudadanos. Gran parte de la hoja de ruta para abordar estos desafíos vendrán dados por las estrategias definidas en el “Pacto verde” (Green Deal), en cuanto a cambio climático y medio ambiente, el impulso de las tecnologías digitales, o en la mejora de la seguridad alimentaria, de la “granja a la mesa”.

En este sentido, en el nuevo programa los grandes retos mundiales se abordarán a través de estas “misiones”, que incluirán el cambio climático, con la misión de conseguir 100 ciudades neutras en carbono para el año 2030, o los océanos limpios, eliminando sus plásticos. Otras de las áreas que se perfila como estratégica en el actual contexto, será sin duda la de salud. En los primeros borradores, ya se hablaba de una misión específica contra el cáncer, mientras que ya existen discusiones sobre la necesidad de contar con una misión relacionada con las pandemias.

El éxito de los proyectos que intenten responder a las misiones del programa Horizonte Europa, vendrá dado por el diseño de un plan perfectamente trazado, con los recursos necesarios para su implementación, tanto en capacidades técnicas como en recursos materiales, y unos objetivos realistas y alcanzables que a su vez se traduzcan en un impacto relevante para el éxito de la misión. Es por ello, que para la consecución de proyectos ganadores en las, cada vez más competitivas, “llamadas” del nuevo programa, será necesario invertir un mayor esfuerzo, si cabe, en el diseño de ese plan de acción, que identifique claramente los objetivos clave del proyecto (KPIs), definiendo el punto de partida (Baseline) y estableciendo las métricas e indicadores adecuados. Especial importancia cobrará la capacidad del proyecto de definir los mecanismos adecuados para asegurar que sus resultados puedan llegar al mercado y la sociedad, a través de modelos de negocio consistentes y planes de explotación realistas que permitan que el proyecto pueda derivar en un cumplimiento real de la misión a la cual estaba encomendado.

Los proyectos “ganadores” en este nuevo programa, ya no sólo deberán ser científica y técnicamente excelentes, sino que además deberán contar con un plan de negocio y una hoja de ruta lo suficientemente ambiciosa a la vez que realista y trasladable al mercado, con impacto en la sociedad, para convencer a los posibles inversores (paneles de expertos evaluadores), de elegir ese y no otro proyecto.

Se hace, por tanto, cada vez más necesario, ya sea directa o indirectamente la involucración de profesionales expertos en esta materia que ayuden a estructurar el proyecto balanceando adecuadamente los riesgos y las oportunidades del mismo, de manera que el impacto esperado del mismo justifique su aprobación.

Asier Sorli Alcantud

Coordinador de Ayudas Internacionales

Grupo INCOTEC-ADIGEST