• 10 febrero 2021
  • El presente de la innovación colaborativa

La situación de la COVID-19 ha mostrado de forma evidente los beneficios y resultados de la colaboración, a todos los niveles, de manera que está siendo clave en la lucha contra la pandemia. Los retos son demasiado complejos, grandes, como para resolverlos de manera individual. El trabajo colaborativo está mostrando los beneficios de que es capaz. Pero no estamos ante un evento exclusivo derivado de la situación de crisis; sino que, de hecho, está siendo una tendencia que ha surgido desde hace varios años, también en la innovación, y que está mostrando que es un camino con futuro.

Ejemplo de trabajo colaborativo

Un ejemplo más, que pone de manifiesto los resultados de la colaboración es la Wikipedia, (que es actualmente uno de los lugares más visitados de Internet) y muestra los logros derivados del desarrollo de un trabajo conjunto, y como, las herramientas TIC están sirviendo de base para integrar el trabajo de forma conjunta en organizaciones de cualquier tamaño o condición. Este concepto de trabajo surgido de la informática y que también se puede denominar “producción colaborativa en línea” (peer production o commons-based peer-production) está mostrando que el trabajo colaborativo genera productos de calidad y escalables en todo ámbito en el que se aplique.

Por otro lado, el modelo clásico del ciclo de la innovación en el que la Universidad realiza la investigación básica, las empresas la aplican y la sociedad la adopta está siendo reconducido a un nuevo modelo de “investigación colaborativa o co-innovación” donde todos los actores pueden participar en cualquier etapa del ciclo de la innovación. Esto se debe, entre otras razones, al acceso a nuevos canales de comunicación. Por ejemplo, el Open Source, las revistas científicas digitales e incluso la digitalización de las tesis doctorales han permitido una interacción mucho más efectiva en los últimos años.

Ciencia Ciudadana

Cada vez están surgiendo más proyectos de innovación colaborativos en los que existe una miríada de participantes que aportan datos, conocimiento o esfuerzo. Un ejemplo más serian los proyectos de ciencia ciudadana. Las primeras experiencias de esta tipología de acciones serian por ejemplo el proyecto Nasa Clikworkers, o el ya famoso proyecto SETI de búsqueda de vida extraterrestre, que sirvieron de bases para nuevas acciones en los que la participación se abre a todos los ciudadanos. Un ejemplo más activo y no el mero aporte de un ordenador seria ebird, que es una base de datos de observaciones sobre aves que proporcionan a científicos, investigadores y naturalistas aficionados datos en tiempo real sobre la distribución y abundancia de aves, y en el que además la información obtenida es de libre consulta, lo que permite obtener una información clave y actualizada sobre la situación real de miles de especies de aves.

Demostrada la valía y utilidad surgen cada vez más proyectos que generan una mayor potencia de conocimiento y tienen su fuerza en el trabajo conjunto de todos sus participantes. Así en España a través de la web ciencia-ciudadana, (https://ciencia-ciudadana.es/) se pueden consultar todos los proyectos de esta tipología existentes en nuestro país. Y en su último informe evidencia como los trabajos de investigación implicados en ciencia ciudadana están teniendo un crecimiento exponencial, además esta participación hace que los resultados de la investigación tengan impactos políticos, sociales y ambientales claros.

El mundo y los mercados son demasiado complejos para intentar resolverlos de manera individualizada, y crear valor para clientes y consumidores, es cada vez más difícil, sin la sinergia de varias disciplinas. Es por ello, que de forma sutil se está potenciando que las empresas, a veces de sectores muy dispares, colaboren entre sí, de manera que esta colaboración se convierte en la forma más inteligente de competir. Ya es clásico en este nuevo modelo de innovación que el residuo de una empresa pueda convertirse en la materia prima de otra.  Además, colaborar de forma efectiva puede dar lugar a tecnologías que, difícilmente, una entidad, por si sola, hubiese podido desarrollar: las Redes Neuronales Artificiales donde se unen profesionales del sector tecnológico con la biomedicina, la Agricultura de Precisión que aúnan disciplinas desde el Machine Learning y el Big Data con la agronomía o las Energías Renovables que abarcan varias disciplinas.

Por otro lado, el usuario final, el ciudadano, la sociedad, está dejando de ser el último actor dentro del ciclo de la innovación para pasar a tomar un papel activo. Un ejemplo tradicional son los voluntarios que participan en un ensayo clínico, en este caso es el individuo quien participa activamente en un proceso innovador. Sin embargo, en los últimos años vemos ejemplos de cómo es el individuo o usuario quien comienza el ciclo de la innovación. Como ejemplo, encontramos en la actualidad la tecnología Blockchain donde se une la programación software con la economía y que, surgida en la sociedad de manera anónima en su comienzo, ha sido desarrollada a través de GitHub por medio de centenares de desarrolladores y adoptada por una comunidad creciente de usuarios. Las Blockchain públicas tal y como se conocen sería solo un modelo teórico si no existiera esta red distribuida de colaboradores anónimos que desarrollan el código, minan y validan los nodos. Tras pruebas de conceptos y evidencias de los potenciales que tiene esta tecnología llevada a cabo íntegramente en la sociedad, son las empresas las que ahora la incorporan de manera que pasan a ser el último actor dentro de este nuevo modelo de innovación.

Se puede ver, por tanto, que existe un cambio en el paradigma del manejo de la información, y en el que se apuesta por compartirla y distribuirla. Así el ensayista Yuval Noah Harari autor de “Homo Deus, Breve Historia del mañana”, reflexiona sobre la importancia que tendrá el flujo de datos e información en nuestra sociedad y como incluso esta nueva visión podría influir sobre la interpretación de nuestro propio mundo.

Está claro por tanto que, en el futuro, (no lejano) las nuevas oportunidades y desarrollo surgirán de nuestra capacidad para potenciar y sobre todo explorar nuevas formas de colaboración.

Equipo oficina INCOTEC Madrid y Sevilla

Participantes: Verónica Siles Santana (Responsable de Proyectos) y Pablo Gutiérrez San José (Consultor de Proyectos).

 

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